Origen y Entorno
El cultivo de pimiento para pimentón es introducido en La Vera en el siglo XVI por los monjes Jerónimos del Monasterio de Yuste.
Desde entonces, se extiende por todo el valle, convirtiéndose en una de los productos más genuinos de la comarca.
En La Vera, el pimiento para pimentón goza de un microclima privilegiado para su desarrollo natural, merced a la protección de la Sierra de Gredos, con temperaturas muy suaves en invierno y veranos secos. Sin olvidar, la alta disponibilidad de agua, debido a los abundantes caudales de las gargantas y el río Tiétar.
Los pimientos cultivados son de la especie “Capsicum annum” y las sub-especies cerasiforme y longum que dan lugar a tres tipos de pimentón: Dulce, Agridulce y Picante.
Cultivo
En el mes de marzo se inicia el cultivo en semilleros, en los que permanece hasta mayo, procediéndose a su trasplante.
El marco de plantación mas utilizado es de 0.20 m. entre plantas por 0.90 m entre líneas, dando una densidad de plantación de unas 40.000 plantas/ha.
El riego es por aspersión y localizado, permitiendo un uso más eficaz del agua disponible.
El ciclo del cultivo se prolonga hasta finales de septiembre, momento en el que el grado de maduración del fruto es el más adecuado y es cuando se recolectan manualmente los pimientos cuidadosamente seleccionados.
Secado
El secado “al humo” se lleva a cabo en secaderos de corriente vertical con hogar inferior, construidos en la propia finca del agricultor.
Este sistema fue la alternativa lógica ante la imposibilidad de secar los frutos al sol, como en otras zonas, debido a las lluvias otoñales, coincidentes con la cosecha del fruto.
Los secaderos constan de planta baja y de planta superior. En la planta baja o cámara de combustión, se coloca el hogar de leña. En la planta superior, situado a 2,5 m. del suelo, se depositan los frutos, formando una capa de 70 a 80 cm. Esta planta esta formada por un emparrillado de listones de pino colocados a 1-2 cm de distancia entre sí y ancladas sobre cabrios de castaños. El calor y el humo producido por la leña de roble y encina, ascienden por convección, a través del armazón de tablas secando la capa de pimientos que se colocan sobre él. La techumbre se construye de teja árabe para permitir la salida de los gases de combustión.
El proceso de secado dura de diez a quince días, durante el cual manos expertas voltean con sabiduría los pimientos hasta conseguir el grado idóneo de secado. Este secado artesanal, lento, suave y poco agresivo hace que los frutos, mantengan su contenido en carotenoides o, incluso, se incremente. Esto es posible ya
que la vida metabólica del fruto no finaliza en la recolección sino que, durante cierto tiempo, los procesos enzimáticos continúan activos, posibilitando la biosíntesis y transformación de pigmentos, todo ello en función de la humedad del fruto y temperatura del medio externo. Esta particularidad sólo se da con este sistema de secado.
El secado al humo confiere al Pimentón de la Vera sus tres características fundamentales: aroma, sabor y estabilidad de color, que lo hacen diferente a otros pimentones.